- Lee aténtamente las instrucciones en la etiqueta. Puedes encontrarlas en el interior de las prendas, en la página web del producto y próximamente también en la pegatina del paquete.

- Lava tus prendas cuando sea realmente necesario: lavar demasiado a máquina no es bueno para para tu ropa, ni para tus facturas de la luz, y menos aún para el medio ambiente. Cuando sea posible airea la ropa y lava a mano las áreas más sucias con agua tibia y jabón.

- Si lavas a máquina, el lavado en frío o el lavado a 30 °C consume menos energía que el lavado a 40 °C. Lava siempre con colores similares para evitar que las prendas se destiñan. Usa un detergente adecuado para cada producto, pero recomendamos siempre usar uno que no sea tóxico y biodegradable.

- Lava tus prendas y calcetines dados la vuelta. Este truco previene el deterioro a largo plazo causado por los procesos de centrifugación.

- No utilices suavizante. El suavizante puede afectar la funcionalidad de los productos, como por ejemplo la capacidad de absorber la humedad.

- No secar en secadora. Esto puede provocar que la prenda encoja e incluso dañar las fibras. Cuelga la ropa para que se seque al aire libre de forma natural. También evita que estén en contacto directo con el sol, dado que puede decolorar el producto.

- Prevención de la contaminación de microplásticos : Recomendamos introducir la ropa sintética en una bolsa filtrante antes de lavarla a mano o a máquina. Haciendo esto reduce significativamente el flujo de microplásticos en el desagüe. Además, así evitarás que las prendas delicadas se enganchen o se retuerzan.